Bromuro de otilonio farmacofisiología y su uso en el síndrome de colon irritable

Bromuro de otilonio farmacofisiología y su uso en el síndrome de colon irritable

Publicado en: 28 de marzo de 2024  y atualizado en: 28 de marzo de 2024
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El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno crónico, a menudo debilitante y muy prevalente de la interacción intestino-cerebro (anteriormente llamado trastornos gastrointestinales [GI] funcionales) . En la práctica clínica, el SII se caracteriza por síntomas de dolor abdominal recurrente y defecación desordenada. Los criterios de Roma IV, derivados por consenso de un grupo multinacional de expertos en el campo de los trastornos de la interacción intestino-cerebro, pueden usarse para diagnosticar el SII con fines clínicos y de investigación. Los pacientes con SII deben informar síntomas de dolor abdominal al menos una vez por semana (en promedio) en asociación con un cambio en la frecuencia de las deposiciones, un cambio en la forma de las deposiciones y/o alivio o empeoramiento del dolor abdominal relacionado con la defecación (Tabla 1). Aunque la hinchazón es un síntoma comúnmente reportado, su presencia no es obligatoria para diagnosticar con precisión el SII (1)

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El Bromuro de Otilonio (BO) actúa como un espasmolítico selectivo en el tracto gastrointestinal distal”.

Para una clasificación precisa de los pacientes con Síndrome de Intestino Irritable (SII) según el subtipo correspondiente, se sugieren las siguientes pautas:

La determinación de la consistencia predominante de las heces debe basarse en la Escala de Consistencia de las Heces de Bristol (BSFS) Figura 1. Esta evaluación se llevará a cabo exclusivamente durante los días en que el paciente reporte evacuaciones anormales, asegurando que el paciente no esté bajo la influencia de tratamientos que puedan alterar el patrón intestinal habitual. Para lograr una apreciación más fidedigna, se recomienda el registro diario de las características de las heces durante un periodo de dos semanas. Tras establecer el patrón de consistencia de las heces, la clasificación en subtipos se efectuará conforme a los criterios establecidos en Roma IV.

1. SII-E: >25% de las deposiciones asociadas con BSFS 1 o 2 y BSFS 6 o 7 ocurren en menos del 25%.
2. SII-D: >25% de las deposiciones asociadas con BSFS 6 o 7 con menos del 25% de las deposiciones con BSFS 1 o 2.
3. SII-M: >25% de las deposiciones asociadas con BSFS 1 o 2 y >25% de las deposiciones asociadas con BSFS 6 o 7.
4. SII-U: no se puede determinar (1).

Las terapias farmacológicas actuales generalmente se dirigen a los subtipos de diarrea y estreñimiento, aunque el SII se caracteriza por 4 subtipos distintos:

SII-D, SII-C, SII-M y aquellos sin un patrón significativo de heces anormales (SII-U). Más de la mitad de los pacientes con SII cambian de subtipo predominante en un período de 1 año; por lo tanto, la aclaración del subtipo debe realizarse de forma rutinaria (1). Los pacientes con SII con predominio de diarrea tienen más probabilidades de informar dolor y urgencia con cada evacuación intestinal, mientras que los pacientes con predominio de estreñimiento informan sustancialmente más síntomas y deterioro del funcionamiento entre deposiciones; por lo tanto, el tratamiento de los síntomas del dolor abdominal también puede diferir entre los subtipos de pacientes (1).

El bromuro de otilonio en el SII

El Bromuro de Otilonio (BO) actúa como un espasmolítico selectivo en el tracto gastrointestinal distal, gracias a sus efectos directos sobre el músculo liso intestinal. Este compuesto, un amonio cuaternario, interfiere en el movimiento del calcio a través de los depósitos tanto intracelulares como extracelulares en el tejido muscular liso del intestino, alterando así la dinámica contráctil intestinal. La absorción del BO en el tracto gastrointestinal es mínima, con menos del 5% del fármaco siendo asimilado, lo que contribuye a su baja penetración en el sistema nervioso central y permite que su acción sea predominantemente local, acumulándose de forma selectiva en las capas musculares lisas del intestino y evitando efectos sistémicos significativos(2).

Se han identificado varios mecanismos mediante los cuales el BO ejerce su efecto antiespasmódico. Entre estos, inhibe tanto la contracción espontánea como aquella inducida por estímulos como la acetilcolina, serotonina, sustancia P, histamina y nicotina. Además, se ha sugerido que el BO se une específicamente a receptores muscarínicos y a los receptores de taquinina y neuroquinina-2, contribuyendo a su capacidad para moderar la actividad contráctil del intestino(2). En la gestión terapéutica del Síndrome de Intestino Irritable (SII), la práctica clínica habitual y la mayoría de los estudios clínicos se centran en el empleo de relajantes musculares lisos y compuestos formadores de masa fecal. No obstante, la literatura científica respalda específicamente la utilidad de los espasmolíticos para pacientes que experimentan el dolor como síntoma principal, siendo esta clase de medicamentos los únicos que han demostrado una reducción consistente de esta manifestación, la cual se destaca por ser la más común y limitante del SII. Estudios clínicos de elevada rigurosidad han evidenciado la efectividad de relajantes musculares lisos, incluido el Bromuro de Otilonio (BO), en este contexto(2).

La justificación para el uso de fármacos antiespasmódicos radica en su capacidad para disminuir la contractilidad basal y posprandial observada en individuos con SII, especialmente en aquellos casos acompañados de diarrea. Los antiespasmódicos, como el BO, se sugieren como tratamiento de primera línea, sobre todo cuando predominan síntomas como el dolor y la distensión abdominal. Según una revisión publicada por la Asociación Americana de Gastroenterología, el BO se destaca entre los cuatro medicamentos con una capacidad significativa de reducir el riesgo de persistencia sintomática.

El BO ha sido objeto de evaluación en ensayos clínicos controlados con placebo, así como en estudios transversales que han analizado su impacto en síntomas como el dolor abdominal, meteorismo, flatulencia y la frecuencia de defecación. A dosis de 40 mg tres veces al día, ha demostrado ser eficaz en la mitigación del dolor y la distensión abdominal en pacientes con SII, con varios estudios reportando diferencias significativas en comparación con placebo (p <0.001). Figura1(3).

Estos hallazgos subrayan la importancia del BO como un componente clave en el arsenal terapéutico para el SII, ofreciendo una opción eficaz para el control de síntomas críticos y mejorando la calidad de vida de los pacientes afectados (2-3).

Los espasmolíticos son superiores al placebo en la mejoría de los síntomas en el SII, sobre todo el dolor y la distensión abdominal (38% en el grupo placebo y 56% en el grupo tratado con espasmolíticos; odds ratio [OR]: 2,13 [IC 95%: 1,77-2,58])49. El efecto de los distintos espasmolíticos de forma individual es variable y difícil de interpretar, ya que solo hay un reducido número de estudios que evalúen cada uno de los 12 diferentes fármacos disponibles. De todos ellos, el bromuro de otilonio con 5 ensayos clínicos evidenciaron eficacia(4).

El estudio de Clave (2011) se evidencia la disminución en la frecuencia del dolor abdominal a las 15 semanas, que fue significativamente mayor en el grupo OB en comparación con el grupo placebo (0.90 ± 0.88 frente a 0.65 ± 0.91; p = 0.038). La tendencia favorable en el grupo de OB en comparación con el placebo en todas las visitas, alcanzo significancia estadística al final del período de tratamiento (Figura 2).

En la figura 2 se muestra la disminución de la puntuación por la frecuencia del dolor abdominal desde el inicio a los 5, 10 y 15 semanas (fin del tratamiento) para OB vs placebo(5).

Bibliografía:

  1. Lacy, B. E., Pimentel, M., Brenner, D. M., Chey, W. D., Keefer, L. A., Long, M. D., & Moshiree, B. (2021). ACG clinical guideline: management of irritable bowel syndrome. Official journal of the American College of Gastroenterology| ACG, 116(1), 17-44.
  2. Alonso-Lárraga, J. O., & de Jesús Herrera-Esquivel, J. Bromuro de Otilonio: Bases fisiológicas, farmacología y resultados de su uso. terapia, 14, 16.
  3. Ford, A. C., Talley, N. J., Spiegel, B. M., Foxx-Orenstein, A. E., Schiller, L., Quigley, E. M., & Moayyedi, P. (2008). Effect of fibre, antispasmodics, and peppermint oil in the treatment of irritable bowel syndrome: systematic review and meta-analysis. Bmj, 337.
  4. Mearin, F., Ciriza, C., Mínguez, M., Rey, E., Mascort, J. J., Peña, E., ... & Júdez, J. (2017). Guía de práctica clínica del síndrome del intestino irritable con estreñimiento y estreñimiento funcional en adultos: tratamiento.(Parte 2 de 2). SEMERGEN-Medicina de Familia, 43(2), 123-140.
  5. Clavé, P., Acalovschi, M., Triantafillidis, J. K., Uspensky, Y. P., Kalayci, C., Shee, V., ... & OBIS Study Investigators. (2011). Randomised clinical trial: otilonium bromide improves frequency of abdominal pain, severity of distention and time to relapse in patients with irritable bowel syndrome. Alimentary pharmacology & therapeutics, 34(4), 432-442.
Este material es sólo para fines informativos. No debe ser utilizado para realizar el autodiagnóstico o la automedicación. En caso de duda, siempre consulte a su médico.
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