La dermatitis seborreica es una inflamación de la piel que puede afectar algunas zonas como el cuero cabelludo, las cejas, comisuras de nariz y oreja, provocando descamación y enrojecimiento en el lugar local y, en algunos casos, picazón. Es importante destacar que no es una enfermedad peligrosa y mucho menos contagiosa¹. A pesar de la apariencia, no sucede a causa de falta de higiene de la persona. No se sabe exactamente la causa, pero algunos factores genéticos o agentes externos (como el estrés emocional, consumo de alcohol, entre otros) pueden desencadenarla. Es una condición que puede alcanzar a personas de cualquier edad, pero es más común en adultos entre 30 y 60 años y bebés hasta los tres meses. En los bebés recién nacidos, la dermatitis seborreica se la conoce como crosta láctea y, a pesar de temporal, provoca cáscaras gruesas amarillas o marrones en la cabecita del niño¹,².
A pesar de no haber cura, es posible tratar la enfermedad y amenizar sus síntomas. El médico Dermatólogo recomendará la mejor terapia y, en algunos casos, se recomienda el uso de medicamentos. En los adultos, se recomienda el uso de champú anticaspa asociado al lavado más frecuente y uso de pomadas antifúngicas, además de la suspensión del uso de geles, espray, sombreros o gorras. En bebés, la tendencia es que la inflamación desaparezca con el tiempo. Pero si fuera necesario, se recomienda lavar la cabeza diariamente con champú infantil y cepillar delicadamente las escamas. En otras áreas del cuerpo, el especialista recomienda el uso de medicamentos o cremas específicas¹,².
En adultos, la dermatitis seborreica se puede prevenir con algunos cuidados¹:
- Uso de champú adecuado al tipo de cabello y la completa eliminación del producto durante el lavado;
- Evitar baños muy calientes;
- Tener una alimentación saludable;
- Evitar fumar y consumir bebidas alcohólicas;
- Controlar el estrés y la ansiedad.